EL DATIVO POSESIVO:
El dativo, acompañado del verbo sum, indica la persona que posee o a la que pertenece una cosa. Por ejemplo:
Liber est puero à El niño tiene un libro.
Vemos que, al traducir esta oración, hemos cambiado el verbo sum por tener. Igualmente, hemos convertido el dativo posesivo en sujeto y hemos pasado el sujeto latín a complemento directo en castellano.
Una expresión habitual construida con dativo posesivo es la que se utiliza para decir el propio nombre:
Mihi nomen est Paulus à Me llamo Pablo.
El hecho de que el latín prefiera el dativo posesivo no excluye la existencia de los verbos habere y possidere, que presentan construcciones más similares a las nuestras, especialmente si se trata de la posesión de objetos materiales:
Crassus vasta praedia possidebat à Craso poseía grandes propiedades.
LOS ADJETIVOS SUSTANTIVADOS:
El latín tiende a usar adjetivos que no acompañan a ningún nombre. En este caso desempeñan la función de un sustantivo, es decir, se sustantivan. Puede haber adjetivos sustantivados de los tres géneros y en los dos números.
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